La Ley de Herodes· Luis Estrada


México - 1999

¡Te tocó la ley de Herodes, o te chingas o te jodes!

La ley de Herodes es una película que se destaca por su diferencia con aquellas que han representado el éxito comercial del cine mexicano; esta gran diferencia no se define precisamente por una propuesta estética innovadora o por la redefinición de la misma -lo que además es difícil de identificar dentro del cine mexicano en general-, sino por un tema de contenidos y manejo de los mismos, de medios. Contenidos brillantemente manejados en lo que resulta en una fuerte critica a las estructuras tradicionales de poder que disfrazan su discurso de revolucionario, libertario y progresista para así perpetuarse en el poder; y medios de transmisión en una construcción cinematográfica de excelente factura.

Censurada por motivos politicos, esta cinta producida por “Bandidos Films” y dirigida por Luis Estrada, muestra un panorama de farsa política, resultado de una serie de ambiciones que distan mucho de los ideales políticos que el discurso instala en el inconsciente de los pueblos. Se identifican dos dimensiones; por un lado, el generalizado panorama de corrupción de las instituciones políticas y por otro, a nivel del individuo, cómo dicho esquema del “que hacer político” permea las mejores intenciones de un individuo que inocente y religiosamente promulga los principios ideológicos de su partido, hasta que un dia, llevado por la ambición de poder, se olvida como el resto, de aquellos principios en los que un día creyó; es Juan Vargas, fiel militante del PRI, interpretado por Damián Alcázar, el personaje que encarna todo ello.

La historia comienza en un pueblito de lo más remoto y más bien feo en algún lugar de México; los habitantes de dicho pueblo persiguen y finalmente linchan al alcalde de turno que corre por su vida, llevando con el un maletín lleno de billetes. Allí llega Juan Vargas a reemplazar al ajusticiado alcalde, con las mejores intenciones de justicia social y progreso para el empobrecido poblado, tras ciertas circunstancias y deslumbrado por las delicias del poder, Vargas termina convirtiéndose en el peor de los tiranos. Interesante lección de historia política mexicana plasmada en unos guiones muy bien construidos que valga agregar, derrochan ese encanto propio de los mexicanos en su hablar y en su relación con el otro.

1 dijeron algo:

Anónimo dijo...

Saludos, precisamente ayer vi de nuevo esta película. creo que es una de las mejores películas mexicanas de este tipo que he visto, con un contenido bastante realista y no muy alejado de lo sucedido en muchos otros paises de la región es una historia tan pintoresca que da la impresión que ayer fue cuando la filmaron en mi barrio XD